top of page

El panorama contemporáneo sigue anclado en la eterna dictadura del presente. Después del fracaso histórico de los proyectos de utopía de masas no existe un vuelco ideológico que pueda hacer frente al capitalismo, por lo tanto, nuestra realidad se ordena delante de un único modelo económico. Continuamos siendo víctimas de una apología constante de la flexibilidad, de la cultura del miedo, del consumo hedonista y de la presencia programada, un escenario  distópico con circunstancias cambiantes que nos impide encontrar nuestro lugar. Es la intensa mobilidad contemporánea la que forja sujetos activos incapaces de anclarse a un determinado momento, circunstancia, lugar y mucho menos imaginar un punto adecuado a este dinamismo. Con este proyecto pretendemos transformar el espacio en un lugar que no existe, ocupándolo, creando pequeñas células utópicas que nos instalan en el mundo. Cada uno de nosotros trabaja desde la propia percepción hasta conseguir una visión del conjunto donde quedan reflejadas cada una de nuestras peculiaridades. Comenzamos así, la búsqueda de un espacio ideal, alternativo al mundo realmente existente, que mediante la crítica de esta propone nuevas vías que nos permiten desobturar la capacidad de soñar futuros.

 

instalación

pop ups

cartón, papel y tela

200 x 200 cm
Barcelona, 2012

ARQUITECTURAS EFÍMERAS

Mis 90º Ander Azkarate | Quimera Anna Benet

Austeridad Ariadna Goñi | Horizonte Saleta Losada 

Placebo | Nadia Velilla​

Todos lo sabíamos, temblaba bajo nuestros pies la estabilidad que habíamos creado desde nuestra existencia. Desde que estamos aquí hemos construido pilares, bigas y cimientos. Ahora, se nos acaba el tiempo. Nos concienciamos, día a día, al ver los despojos de la erosión que nuestros mismos arañazos provocan. Temblábamos. Y ya no distinguimos si temblamos al son del vaivén forzado amenazador; o si son nuestros cuerpos temerosos los que provocan esos pequeños espasmos. Algunos no aprendimos a vivir dentro de esa sensación. Tanto movimiento indigesto y el temor de que la espera no sirviera de nada. Además encontrar para volver a destruir. Nuestra esencia. Nuestros antecedentes. Todos lo sabíamos. Y aunque cambiásemos, ¿quién cree posible una mudanza de tal envergadura en tan poco tiempo? Abismo asfixiante nuestro presente. Y el futuro... Unas manos tan pequeñas y una inmensidad de mente. Esa que nos podía salvar creando la esperanza de que esperar era una opción. Lo descartado ya, debía convertirse en nuestra verdad utópica. Creamos la paz que da la ignorancia. Desconocer que conocíamos nuestro fin. Un cosmos sin fronteras donde cupiese el miedo a que no haya posibles. Un placebo.

PLACEBO

instalación

pop ups

cartón, papel y tela

200 x 200 cm
Barcelona, 2012

bottom of page